A propósito del día mundial contra la rabia

Considerando que ayer 28 de septiembre se celebró el día mundial contra la rabia, una iniciativa que tiene por objeto erradicar la rabia canina para el año 2030, me pareció interesante hacer una reseña de este artículo que corresponde a un estudio desarrollado en Buenos Aires, Argentina en el período de 1999-2005, a partir de 1.300 murciélagos muestreados para rabia, en los que se detectaron 41 casos positivos en condiciones naturales, de los cuales se escogieron 26 (63,4%) muestras de las especies insectívoras encontradas positivas Tadarida brasiliensis, Molossus molossus, Lasiurus cinereus y L. borealis. Los aislamientos se efectuaron a partir de las glándulas salivales.

En este trabajo, la prevalencia del virus rábico en 1.300 murciélagos insectívoros analizados fue del 3,2%, poniéndose de manifiesto que, si bien es bajo, el riesgo potencial de transmisión de estas especies a seres humanos y animales domésticos es real. La detección de virus rábico en el 76,9% de las glándulas salivales de los murciélagos insectívoros analizados sugiere que estos animales podían transmitir la enfermedad y evidencia que la diseminación ocurriría desde el cerebro hacia las glándulas salivales, como se había demostrado previamente mediante infección experimental.

Con esta investigación, el Instituto de Zoonosis Luis Pasteur de la ciudad de Buenos aires configuró una estrategia para informar sobre la transmisión y las precauciones que deben tomarse en caso de aparición de murciélagos en los domicilios a efectos de disminuir el número de contactos, así como de divulgar las medidas a seguir en caso de mordedura y la necesidad de mantener vigente la vacunación de las mascotas. En efecto, el pasado 28 de septiembre se reconoce como el Día Mundial contra la Rabia (DMR), establecido por la Alianza Global para el Control de la Rabia (GARC) y reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una jornada trascendental para recordar que la prevención de enfermedades en los animales no solo protege su salud y bienestar, sino que es uno de los pasos más efectivos que se pueden dar para proteger la salud de las personas y el medioambiente.

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