El manejo de animales ferales y especies invasoras en la conservación de la fauna

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Los animales ferales son individuos que han escapado del control o cuidado humano o que han sobrevivido al abandono por parte de sus propietarios, así como también descendientes de estos animales que han crecido en libertad. En el medio natural, la presencia de estos animales puede tener consecuencias importantes en los ecosistemas naturales y los animales nativos, ya que pueden causar disminución en la disponibilidad de alimentos para la fauna autóctona, llevándola a reducción de sus poblaciones o incluso a la extinción local. Además, estos animales pueden convertirse en depredadores de especies nativas, afectando directamente la cadena alimentaria y desequilibrando los ecosistemas. Por ejemplo, en islas donde se han introducido especies ferales (ej., gatos o ratas), se ha observado que estas depredan aves y reptiles endémicos, poniendo en riesgo la supervivencia de especies únicas y en peligro de extinción. La reproducción descontrolada de animales ferales también puede contribuir al deterioro del hábitat natural y a la propagación de enfermedades entre las especies nativas, los animales domésticos y las personas.

El control de animales ferales es un componente esencial para la conservación de la vida silvestre en la actualidad. Estrategias como la esterilización, la captura y la reubicación, o en casos extremos, la erradicación selectiva y controlada, pueden ayudar a mitigar su impacto negativo en los ecosistemas. Sin embargo, estos métodos deben aplicarse de manera ética y considerando el bienestar animal.

Es importante destacar que la gestión de animales ferales no debe comprometer la integridad de las especies autóctonas ni sus hábitats. Además, es crucial abordar las raíces del problema, como el abandono de mascotas, las mascotas que salen libremente a las calles y entornos boscosos y la prevención de nuevas introducciones de animales domésticos en entornos naturales.

El bienestar animal y la conservación

El bienestar animal y la conservación de la fauna comparten un interés común en el cuidado y la preservación de los animales, pero se enfocan en aspectos diferentes y tienen objetivos distintos. Desde hace más de tres décadas bienestar animal y conservación son temas comunes en foros y eventos sobre rehabilitación, manejo y conservación de vida silvestre en Latinoamérica, tomando hoy una renovada importancia al ser cada vez más frecuente la generación de conflictos humano-animal relacionados con el crecimiento de las urbes y la frontera agrícola, el tráfico de fauna, la identificación del manejo deficiente de especies domésticas y exóticas, la liberación intencional o no de animales en entornos naturales y en general la colonización de entornos silvestres por personas y animales domésticos que le pertenecían antiguamente a la fauna nativa. Aunque el tema de control de animales ferales tiene más que ver con el manejo poblacional de amenazas a la diversidad biológica, como antiguamente sucedió con la rehabilitación de fauna, actualmente se reconoce cada vez más la importancia de que las acciones de conservación incluyan también aspectos relacionados al bienestar animal, donde muchas veces el enfoque se da hacia los individuos; pero veamos cuáles son esas diferencias:

  • Enfoque y objetivo: el bienestar animal se centra en el trato y cuidado de los individuos, asegurándose de que los animales tengan una vida libre de sufrimiento, dolor y estrés, independientemente de si son especies en peligro de extinción o no. Por otro lado, la conservación se enfoca en la protección y preservación de poblaciones, especies y hábitats en peligro o en riesgo, con el objetivo de mantener la diversidad biológica y prevenir la extinción.
  • Escalas de acción: el bienestar animal suele ocuparse de preocupaciones a nivel individual o de pequeños grupos de animales, centrándose en su cuidado y tratamiento directo. En cambio, la conservación trabaja a una escala más amplia, considerando poblaciones enteras, ecosistemas y la interacción entre diferentes especies en un contexto más amplio.
  • Enfoque temporal: mientras que el bienestar animal se ocupa principalmente del bienestar y el cuidado a corto plazo de los animales individuales, la conservación se preocupa tanto por el estado actual como por la sostenibilidad a largo plazo de las poblaciones y los ecosistemas.

Teniendo esto en claro, es importante entender que bienestar animal y la conservación comparten un objetivo común de preocuparse por el bienestar y la protección de los animales, pues ambos campos consideran aspectos éticos y morales al procurar un trato ético, justo y respetuoso hacia los animales.

Control humanitario de animales ferales y especies invasoras

El manejo humanitario de especies invasoras y animales ferales implica abordar el control de poblaciones de animales que han escapado de la domesticación o especies exóticas que se han reproducido en entornos salvajes, utilizando métodos que sean éticos, compasivos y respetuosos con el bienestar animal. Este enfoque reconoce la importancia de controlar las poblaciones de especies invasoras y animales ferales para mitigar su impacto en el entorno natural, pero también busca hacerlo sin recurrir a métodos inhumanos o crueles.

La esterilización y castración son pilares fundamentales del manejo humanitario de animales ferales y en algunos pocos casos para especies invasoras. Estos programas buscan reducir la reproducción descontrolada, disminuyendo así el crecimiento exponencial de las poblaciones de animales en entornos silvestres o urbanos. Al esterilizar a estos animales, se contribuye a un control poblacional más efectivo y ético a largo plazo, sin recurrir a métodos como la eutanasia masiva.

Además, el manejo humanitario considera alternativas compasivas para el cuidado de los animales ferales. Por ejemplo, se implementan programas de adopción y rescate para aquellos individuos que puedan ser socializados y reintegrados en hogares seguros. Estos programas no solo ofrecen una oportunidad para darles un hogar a estos animales, sino que también ayudan a controlar sus poblaciones al sacar individuos de la calle. Esto no sucede para las especies exóticas invasoras, pues no se consideran animales domésticos para ser cuidados por las personas, derivándose usualmente a instituciones zoológicas o siendo sacrificadas en caso de representar riesgos ambientales, de seguridad o de salud pública.

La educación comunitaria es otro aspecto clave del manejo humanitario. Esto implica concientizar a la población sobre la importancia del cuidado responsable de mascotas, la esterilización, la vacunación y la prevención del abandono de animales domésticos. Para las especies invasoras, esto también incluye la importancia de informar a la comunidad sobre los riesgos de tener animales exóticos y especies silvestres como mascotas. La sensibilización acerca de las consecuencias negativas que pueden surgir de abandonar animales en entornos naturales es fundamental para prevenir la formación de nuevas poblaciones de animales ferales o la invasión de entornos naturales por parte de especies foráneas.

Es esencial destacar que el manejo humanitario de animales ferales y especies invasoras busca encontrar un equilibrio entre la gestión de estas poblaciones y el respeto por la vida animal. Los métodos utilizados se centran en el bienestar de los animales, evitando el sufrimiento innecesario y buscando soluciones a largo plazo que sean sostenibles y éticas para todos los seres involucrados.

El control de especies exóticas y animales ferales es un desafío complejo y, en muchos casos, requiere enfoques multidisciplinarios para abordar el problema de manera efectiva y compasiva. A continuación, se compilan una serie de consideraciones para su control humanitario:

  1. Decisiones basadas en la evidencia: las decisiones sobre el manejo de animales ferales y especies invasoras debe soportarse en estudios científicos que permitan comprender los impactos negativos que estas especies tienen en el ecosistema en el que se encuentran, la diversidad biológica y la salud pública. Esto facilita elementos que sirven a los comunicadores para informar de manera efectiva las decisiones a tomar.
  2. Esterilización y castración: implementar programas de esterilización y castración para controlar la población de animales ferales. Esta estrategia ayuda a prevenir la reproducción y el crecimiento descontrolado de la población deseada en áreas específicas, pero es ecológica y económicamente inviable para muchas especies invasoras longevas o que afectan de manera importante los ecosistemas. Es importante tener en cuenta censos y tasas de crecimiento poblacional para que sea una medida efectiva en el control poblacional, sin lo cual puede ser solo una medida educativa más que una medida de control efectiva. En la práctica se emplea la esterilización quirúrgica y más recientemente también control mediante vacunas para control reproductivo, pero debe acompañarse de muchas otras acciones que reduzcan rápida y efectivamente la población.
  3. Programas de adopción y rescate: crear programas de adopción y rescate que permitan capturar, rehabilitar y encontrar hogares para animales ferales que sean sociables y puedan ser reintegrados en entornos domésticos seguros (no para especies exóticas invasoras). Una medida limitada a la disponibilidad de espacios y recursos económicos para mantenimiento de animales por largo plazo, así como la capacidad de la sociedad para asimilar la posibilidad de adopción (usualmente no resuelve más del 5-10% anual de las poblaciones animales manejadas en centros de atención y refugios para animales domésticos).
  4. Educación comunitaria: realizar campañas de concienciación y educación en las comunidades sobre la importancia del cuidado responsable de mascotas, incluyendo la esterilización, vacunación y el bienestar animal. Posiblemente la medida más efectiva a mediano y largo plazo, si es acompañada de una adecuada implementación de normativas de control al abandono de animales. Para especies exóticas es importante resaltar de que tener estos animales como mascotas es ilegal, al tiempo que limitar la tenencia de estas especies a instituciones preparadas para su control efectivo.
  5. Refugios y santuarios: establecer refugios o santuarios para animales ferales que no son sociales o no pueden ser adoptados, proporcionándoles un lugar seguro y cuidados veterinarios adecuados. Esto puede aplicar como medida de manejo para algunas pocas especies invasoras, pero en todo caso es una medida limitada a la disponibilidad de espacios y recursos económicos para mantenimiento de animales con adecuados estándares de cuidado y socialización a largo plazo.
  6. Colaboración con organizaciones locales: trabajar en colaboración con organizaciones locales, gobiernos, médicos veterinarios, voluntarios y organizaciones científicas para implementar estrategias efectivas y sostenibles para el control de la población de animales ferales y de especies invasoras. En conjunto alrededor del 30% de la población controlada en centros de atención para animales domésticos en estado de calle; más del 90% de los animales silvestres (nativos y exóticos) que llegan a los centros de atención y valoración (CAV) proceden de incautaciones y entregas voluntarias; siendo muchas de las especies exóticas derivadas a instituciones zoológicas.
  7. Manejo ético y compasivo: emplear métodos de manejo ético y compasivo, evitando el uso de métodos inhumanos o cruentos para controlar la población de animales ferales, como la eutanasia masiva sin considerar alternativas documentadas. El sacrificio, aun cuando sea humanitario, tiene efectos morales y sociales negativos; adicionalmente, no se entiende como un beneficio directo para los animales en que se aplique sin una justificación médica directa, pero se considerar una mejor opción que el mantenimiento de animales en condiciones subóptimas (ej., hacinamiento, hambre, suciedad, subalimentación) o de animales seriamente enfermos (ej., animales que no se adaptan a la vida en cautiverio).
  8. Programas de alimentación controlada: implementar programas de alimentación controlada para animales ferales, proporcionando alimentos de manera regular y en lugares específicos para minimizar la competencia por recursos y reducir los riesgos de enfermedades. Solo debe emplearse junto a un programa amplio y efectivo de control reproductivo, ya que de lo contrario puede incrementar las poblaciones de animales callejeros y tener efectos adversos para las especies nativas. No es aplicable para especies invasoras ya que precisamente lo que se busca es retirarlas de los entornos donde están causando impactos negativos a las especies nativas o a los ecosistemas.
  9. Eutanasia humanitaria entre las estrategias de control: como se indicó antes, la eutanasia es un tema sensible y controvertido en el contexto del control humanitario de animales ferales y especies invasoras, pero puede considerarse como una medida humanitaria dentro del control poblacional, especialmente cuando se trata de animales cuyas poblaciones aumentan año tras año, animales que no son sociales (o que sufren el cautiverio), que representan un riesgo para la salud pública (enfermedades infecciosas, zoonóticas o enzoóticas), que sufren enfermedades graves, lesiones irreparables o conductas que impiden su socialización con seres humanos. También cuanto hay evidencias de que una población silvestre está siendo diezmada o desplazada debido a la presencia de especies invasoras o ferales o cuando hay evidencias de que el ecosistema se está alterando negativamente debido a su presencia.
  10. Aplicación de la legislación: muchos países actualmente cuentan con legislación marco suficiente sobre sobre salud pública, bienestar animal y protección de áreas protegidas; sin embargo, su aplicabilidad es baja principalmente por la implementación de regulaciones pecuniarias bajas o poco estrictas, cese e inadecuado seguimiento de los procedimientos administrativos, fallas en la articulación de las entidades de control y policivo, e incluso fallas en la capacidad del aparato administrativo para implementar los procedimientos sancionatorios, cuando existen.
  11. Participación ciudadana: permitir la participación de la comunidad y de los grupos animalistas en el proceso de toma de decisiones es cada vez más importante, así como también facilitar la participación de otros grupos menos visibles como las sociedades académicas y científicas. Abrir espacios para las diversas opiniones, sus preocupaciones y opiniones permite tener un panorama amplio y representativo. La participación y la comunicación proactiva puede ayudar a construir consenso y a encontrar soluciones equilibradas, anticiparse a las reacciones de algunos grupos o comunidades que puedan no estar de acuerdo con las decisiones y preparar respuestas responsables, empáticas, de manera resuelta, decidida, basada en datos y sin ambigüedades frente a la opinión pública.
  12. Recursos disponibles para implementar actividades de control efectivas: es importante incluir consideraciones económicas que permitan garantizar la efectividad y sostenibilidad de las estrategias implementadas, teniendo en cuenta el costo de procedimientos médicos de esterilización reproductiva, los recursos para rescate y adopción, al tiempo que considerar los gastos de gestión y coordinación de los equipos de trabajo. El presupuesto debe incluir la capacidad para evaluar y hacer seguimiento de los programas implementados. Es importante considerar alternativas de financiación y contingencias ante la reducción o cese de los recursos económicos que permitan el mantenimiento de los programas de control feral.

Es importante abordar el control de los animales ferales e invasoras de manera integral, considerando todo el conjunto de aspectos de gestión antes citados de manera holística para que resulte en acciones efectivas para la conservación de la fauna silvestre. Entendiendo que el bienestar animal es una ciencia, pero también un concepto filosófico que tiene un fuerte componente moral en la sociedad actual, los métodos de control elegidos deben estar basados en datos que respalden la toma de decisiones, con principios éticos que proporcionen soluciones concretas en relación con el trato hacia los animales. La educación, la investigación y la colaboración entre comunidades, organizaciones y entidades gubernamentales son clave para abordar este desafío y preservar la diversidad biológica de los ecosistemas.

Referencias